Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard de Cambridge (Estados Unidos) ha creado ratones que pueden ‘oler’ la luz. El objetivo de la investigación es conocer cómo las células cerebrales diferencian entre los olores. Los científicos lograron ratones en los que los mecanismos olfativos se activaban no mediante olores, sino por la luz.
Los autores de la investigación, que se ha publicado en la revista ‘Nature Neuroscience’, consideran que los ratones podrían convertirse en una poderosa herramienta para el estudio de las bases neuronales del olfato. «Para distinguir cómo percibe el cerebro las diferencias entre los olores, parecía más razonable examinar los patrones de activación cerebral, pero es difícil seguir estos patrones utilizando estímulos olfativos, ya que los olores son muy diversos y a menudo bastante sutiles.»
«Por esto nos preguntamos qué pasaría si la nariz actuara como una retina», explicó Venkatesh N. Murthy, responsable del trabajo. Según esta investigadora, «los olores son tan complejos químicamente que esextremadamente difícil aislar los circuitos neuronales que subyacen al olfato». Los científicos utilizaron luz mediante el campo de la optogenética para responder a la cuestión de cómo las células cerebrales diferencian entre los olores.
Proteínas en los sistemas olfativos
Las técnicas de la optogenética integran proteínas que reaccionan ante la luz en sistemas que suelen detectar entradas de información distintas a la luz. Los científicos integraron estas proteínas, llamadas canalradopsinas, en los sistemas olfativos de ratones, creando animales en los que los mecanismos olfativos se activaban no mediante olores sino por la luz.
El estudio ayudará a comprender cómo perciben los humanos los olores
Con estos animales modificados mediante la optogenética, los científicos pudieron caracterizar los patrones de activación en el bulbo olfativo, la región del cerebro que recibe información directamente de la nariz. Debido a que la entrada de luz puede ser controlada fácilmente, los investigadores diseñaron una serie de experimentos que estimulaban neuronas sensoriales específicas en las nariz y examinaron los patrones de activación que llegan hasta el bulbo olfativo.
«La primera cuestión es cómo el procesamiento se organizaba y cómo entradas similares eran procesadas por la células adyacentes en el cerebro», explicó Murthy. Los científicos comprobaron que laorganización espacial de la información olfativa en el cerebro no explica por completo la capacidad para percibir los olores. La organización temporal de la información olfativa arroja luz sobre cómo el ser humano percibe los olores.
Además de determinar la organización espacial del bulbo olfativo, el estudio muestra cómo el momento en el que se detecta el olor juega un papel importante en cómo se perciben los olores. El trabajo tiene implicaciones no sólo para el futuro estudio del sistema olfativo sino para distinguir los circuitos neuronales que subyacen a otros sistemas.
La optogenética también es utilizada para esperimentar con las moscas de la fruta. Emplean el láser para exitar grupos de neuronas, previamente modificadas con ingeniería genética, en el diminuto cerebro de estos insectos, para que respondan con un cambio de color al ser bombardeadas por un láser, ya que el circuito neuronal es similar al del cerebro humano.