Buenas prácticas ambientales en el laboratorio

BENEFICIOS

  • Evitar la mala utilización y el derroche.
  • Buscar, para cada producto, la idoneidad del uso también desde una perspectiva medioambiental y, en su caso, valorar las posibilidades de sustitución.
  • Estar al día y proponer métodos alternativos de mejora desde el punto de vista ambiental.
  • Elegir entre los métodos y técnicas oficiales los más respetuosos con el medio (que empleen productos menos tóxicos y menos peligrosos, y que consuman menor cantidad de energía o de agua, etc.).
  • Acondicionar un contenedor para depositar cada tipo de residuo en función de los requisitos de gestión.


EQUIPOS, UTENSILIOS E INSTRUMENTOS DE LABORATORIO:

  • Solicitar equipos que tengan los efectos menos negativos para el medio (con fluidos refrigerantes no destructores de la capa de ozono, con bajo consumo de energía y agua, baja emisión de ruido, etc.).
  • Adquirir adaptadores de corriente para evitar el uso de pilas.
  • Elegir los útiles más duraderos y con menos consumo, en su elaboración,
  • de recursos no renovables y energía.
  • Adquirir extintores sin halones (gases destructores de la capa de ozono).
  • Observar escrupulosamente las especificaciones técnicas y datos del fabricante, sobre instalación, uso y mantenimiento de los equipos e instrumentos del laboratorio.
  • Calibrar cuidadosamente los equipos para evitar fallos que produzcan residuos.
  • Tener en funcionamiento los equipos el tiempo imprescindible evitará la emisión de ruido.

MATERIAS Y PRODUCTOS:

  • Conocer el significado de los símbolos o marcas “ecológicos” como las ecoetiquetas de AENOR Medio Ambiente, Angel Azul, Certificación FSC (Consejo de Gestión Forestal), Distintivo de Garantía de Calidad Ambiental, Etiqueta ecológica de la Unión Europea, Cisne Escandinavo, etc.
  • Elegir, en lo posible, materiales y productos ecológicos con certificaciones que garanticen una gestión ambiental adecuada.
  • Proponer la compra de pilas recargables o menos peligrosas (sin mercurio ni cadmio).
  • Utilizar, en lo posible, productos en envases fabricados con materiales reciclados, biodegradables y que puedan ser reutilizados o por lo menos retornables a los proveedores.
  • Evitar productos en aerosoles, los recipientes rociadores con otros sistemas son tan eficaces y menos dañinos para el medio.
  • Comprar evitando el exceso de envoltorios y en envases de un tamaño que permita reducir la producción de residuos de envases.
  • Comprobar que los productos están correctamente etiquetados, con instrucciones claras de manejo (seguridad y medio ambiente, requisitos de almacenamiento, fechas de caducidad, actuaciones en caso de intoxicación, etc.).
  • Leer atentamente y seguir las instrucciones de uso de los productos.
  • Cuidar la manipulación de reactivos y productos y también las muestras para evitar errores que hagan necesaria la repetición del procedimiento y por lo tanto el aumento de residuos.
  • Conocer los riesgos y la peligrosidad para el medio ambiente de los productos químicos empleados.
  • Saber identificar y aplicar, en su caso, la normativa de seguridad ambiental aplicable al envasado, etiquetado, almacenado y transporte de materias químicas.
  • Identificar los riesgos de contaminación medioambiental derivados de la utilización incorrecta del instrumental y equipos de laboratorio.
  • Conocer y practicar los dispositivos utilizados para la prevención de riesgos ambientales en las operaciones del laboratorio.
  • Aplicar las reglas de orden y limpieza para evitar riesgos ambientales.
  • Emplear, en lo posible, los productos químicos más inocuos y cuidar la dosificación recomendada por el fabricante para reducir la peligrosidad de los residuos.
  • Utilizar los productos hasta agotarlos por completo de forma que queden vacíos los envases para evitar contaminación.
  • Reutilizar, en lo posible, las materias y también los envases.
  • Acondicionar un contenedor para depositar cada tipo de residuo en función de los requisitos de gestión.

Papel:

• Adquirir papel reciclado y sin blanqueadores a base de cloro.

Agua:

  • No dejar correr el agua innecesariamente.
  • Evitar el despilfarro de agua cerrando bien los grifos.
  • Instalar en los grifos dispositivos limitadores de presión, difusores y temporizadores para disminuir el consumo de agua.

Energía:

  • Al calentar emplear recipientes adecuados al tamaño de las placas calefactoras, tapar, cuando sea posible, los recipientes, si la placa calefactora es eléctrica se puede apagar unos minutos antes de acabar el calentamiento para aprovechar el calor residual.
  • En el uso de frigoríficos, estufas y hornos cerrar bien las puertas, evitar abrir innecesariamente y evitar introducir productos aún calientes en los frigoríficos.
  • Iluminación:  Aprovechar al máximo la luz natural, acabar las paredes en blanco, colocar temporizadores, emplear lámparas de bajo consumo, si se usan tubos fluorescentes no apagarlos y encenderlos con frecuencia, ya que el mayor consumo se produce en el encendido.
  • Climatización, agua caliente: Regular los termostatos a la temperatura necesaria en cada caso.

Productos químicos, de desinfección y limpieza:

  • Conocer los símbolos de peligrosidad y toxicidad.
  • Comprobar que los productos están correctamente etiquetados, con instrucciones claras de manejo (seguridad y protección del medio ambiente, requisitos de almacenamiento, fechas de caducidad, actuaciones en caso de intoxicación, etc.).
  • Elegir los productos químicos y de desinfección y limpieza entre los menos agresivos con el medio (detergentes biodegradables, sin fosfatos ni cloro; limpiadores no corrosivos, sin cromo; etc.).

MA N T E N I M I E N T O

  • Mantener los equipos e instrumentos de laboratorio siguiendo escrupulosamente las especificaciones técnicas y datos del fabricante, para optimizar el consumo de materias, agua y energía, minimizar la emisión de gases de los CFC (gases refrigerantes que destruyen la capa de ozono) y evitar la producción de residuos.
  • Solicitar la limpieza periódica de las lámparas y luminarias.
  • Mantener limpias las juntas de las puertas de los frigoríficos de forma que cierren herméticamente y solicitar que se limpien al menos una vez al año los serpentines.
  • Controlar la acometida de agua para detectar fugas y evitar sobreconsumos de agua por averías y escapes.

A L M A C E N A M I E N T O

  • Limitar la cantidad de productos peligrosos en los lugares de trabajo.
  • Almacenar los productos y materiales, según criterios de disponibilidad, alterabilidad, compatibilidad y peligrosidad.
  • Garantizar que los elementos almacenados puedan ser perfectamente identificados.
  • Cerrar herméticamente y etiquetar adecuadamente los recipientes de productos peligrosos para evitar riesgos.
  • Observar estrictamente los requisitos de almacenamiento de cada materia o producto.
  • Aislar los productos (inflamables, cancerígenos, pestilentes) del resto almacenándolos según las normas previstas para ello e intercalar productos inertes entre los incompatibles.
  • Colocar los productos de forma que cada tipo de peligrosidad ocupe el espacio en vertical, así en el caso de rotura de envases se afectarían únicamente productos de similar peligrosidad.
  • Actualizar los listados de materiales y productos almacenados y gestionar las existencias para evitar la caducidad de productos.

BUENAS PRÁCTICAS EN EL MANEJO DE LOS RESIDUOS

Se contribuye a una gestión ambientalmente correcta de los residuos:

  • Utilizando elementos que contengan materiales reciclados como plásticos y papel reciclados.
  • Utilizando productos cuyos envases posean una elevada aptitud para ser reciclados.
  • Gestionando desechos como por ejemplo disolventes inutilizados a través de las “Bolsas de subproductos”.
  • Rechazando los materiales que se transforman en residuos tóxicos o peligrosos al final de su uso, como los elementos organoclorados (PVC, CFC).
  • Con un manejo de los residuos que evite daños ambientales y a la salud de las personas.
  • Informándose de las características de los residuos y de los requisitos para su correcta gestión.

Cumpliendo la normativa lo que supone:

  • Separar correctamente los residuos.
  • Presentar por separado o en recipientes especiales los residuos susceptibles de distintos aprovechamientos o que sean objeto de recogidas específicas.
  • Depositar los residuos en los contenedores determinados para ello.
  • Seguir las pautas establecidas en el caso de residuos objeto de servicios de
    recogida especial.

BIBLIOGRAFIA

CONCHA FERNÁNDEZ DE PINEDO. Manuales de buenas prácticas ambientales. Analista de laboratorio. Edita Gobierno de Navarra departamento de medio ambiente, ordenación del territorio y vivienda.